TODAS SABEMOS espanhol

Frente al actual debate público suscitado por la divulgación del capítulo “The walls spoke when no one else would: Autoethnographic notes on sexual-power gatekeeping withinavant-garde academia” (“Las paredes hablaron cuando nadie más lo haría: Notas autoetnográficas sobre el ‘gatekeeping’ de poder sexista en la academia vanguardista”),publicado en el libro Sexual Misconduct in Academia: Informing an Ethics of Care in theUniversity (“Mala conducta sexual en la academia: Informando una ética del cuidado en launiversidad”) (Routledge 2023), expresamos nuestra total solidaridad con las autoras ydemás voces que han hablado públicamente, así como con todas las personas que hansufrido abusos de poder y otras formas de violencia en contextos académicos y fuera deestos. Este documento es una contribución colectiva e inconclusa a un debate en curso.

'A Primeira Missa no Brasil', acrílico s/tela, 130x180cm, Paula Rego, 1993'A Primeira Missa no Brasil', acrílico s/tela, 130x180cm, Paula Rego, 1993

 

I TOTAL SOLIDARIDAD

 

1. No es difamación

 
Las repetidas y persistentes situaciones abusivas que el texto retrata, lejos de ser episódicas o un ataque coordinado de difamación personal, institucional o política, deben ser interpretadas como una crítica a las dinámicas institucionales sistémicas, comunes dentro y fuera de la academia.

2. Es estructural y estructurante

 
El acoso sexual y moral, el extractivismo intelectual (la práctica de plagiar o reproducir el trabajo de otros sin referenciarlo, presentándolo como propio), así como las otras formas de violencia, son estructurales y estructurantes de un sistema académico basado en marcadas jerarquías profesionales y divisiones de clase, género, raza y etnicidad. Una dimensión particularmente insidiosa de esta estructura jerárquica tiene que ver con la concentración de poder y, por ende, la monopolización de recursos financieros esenciales para el desarrollo de carreras de investigación, que en su gran mayoría se construyen desde la precariedad. En este contexto, el acoso puede afectar a varones. Sin embargo, afecta especialmente a las mujeres y es más perjudicial para ellas dadas las mayores dificultades que enfrentan en el desarrollo de sus carreras debido, entre otros factores, al derecho a la maternidad y al ejercicio de tareas de cuidado. Teniendo en cuenta la naturalización del acoso y la violencia contra las mujeres en una sociedad patriarcal y machista, estos actos de denuncia a menudo son desvalorados por las instituciones donde ocurren. La inercia y complicidad de personas con responsabilidades administrativas benefician a los agresores. Por lo tanto, ya sea por apatía o por la racionalización de comportamientos abusivos, aquellos involucrados en la gestión de estas instituciones también están implicados en estas complejas redes de poder, convirtiéndose en cómplices del abuso.

3. Las represalias

 
No es a la ligera que las mujeres se someten al escrutinio y al cuestionamiento público. Saben de antemano lo que les espera: juicios de valor, humillación, distorsión, desvalorización, ridiculización y una potencial retraumatización. Con frecuencia, los abusadores apelan a principios consensuales de justicia, invierten la carga de la culpa y desacreditan a las víctimas usando argumentos conspirativos y/o de persecución política. Aunque los abusadores concentran entre sí diversas formas de poder institucional y económico, terminan respondiendo a las acusaciones haciéndose ellos las víctimas. A todo esto se le suma la ausencia de códigos de conducta, lo que en los hechos deja poco espacio para la denuncia. Esto tiene como consecuencia que quienes deciden hablar quedan totalmente desprotegidas en su lugar de trabajo/estudio. Además las denunciantes se enfrentan a represalias, que son aún más oscuras cuando las relaciones de poder son informales y los lazos laborales son precarios, como es común en el ámbito académico. Esto acarrea la revictimización, aislamiento, auto culpabilización y, a menudo, el abandono del trabajo/estudio. Sin mencionar el trauma que estas situaciones de violencia conllevan. En el caso en cuestión, los adjetivos usados por parte de los demandados contra las autoras del artículo, las acusan de ser mujeres “difíciles”, “problemáticas” o incluso “insolentes”. Este uso del lenguaje es parte de una larga tradición patriarcal que, al ser lugares (demasiado) comunes, son movilizados con frecuencia para desacreditarlas. Además, el mencionado artículo ha sido objeto de críticas supuestamente académicas, atacando su falta de rigor y la idoneidad de quienes han hecho la evaluación por pares previa a su publicación. Se critica el método autoetnográfico, método válido de articulación, caracterización y análisis del tipo de abusos y violencia que el artículo saca a la luz. Rechazamos estas críticas.

4. “Si no hay testigo, no hay delito” 

 
Respetamos el principio legal de la presunción de inocencia, pero condenamos la postura de los presuntos abusadores que inevitablemente se traduce en la falta de reconocimiento del problema. A pesar de ser referentes académicos para el escrutinio de relaciones asimétricas de poder en el mundo, ni siquiera llegan a hacer su autocrítica. Aún más, no permiten que se cuestione su posición de poder, ni la violencia abusiva que esta negación refuerza. Esto es evidente en su reacción inmediata de amenazar públicamente a las autoras con demandas por difamación. Esta reacción también se debe a que muchos de ellos conocen muy bien los mecanismos de la justicia, donde si no hay testigos, existe una dificultad adicional (a veces imposibilidad) de probar que hubo un delito.

5. La falencia de la justicia

 
Los mecanismos de justicia no acompañan las luchas y los procesos de justicia social y de género impulsados por los movimientos sociales de base. Los ejemplos recientes de mujeres injusticiadas son múltiples. Las denuncias de acoso y violencia suelen resultar culpabilizando a la víctima, cuestionando su comportamiento en lugar de confrontar los hechos y garantizar la justicia. Este modus operandi, que pone a la víctima bajo escrutinio en lugar del agresor, elude el problema y distorsiona la búsqueda de justicia.

II

 
LA DIFICULTAD DE HABLAR

6. Ineficiencia de los mecanismos de denuncia

 
Debido a un contexto que no protege a las víctimas/sobrevivientes, éstas terminan pagando un precio demasiado alto, tanto en términos profesionales, a veces renunciando a sus proyectos de vida, como en términos de salud física, mental y emocional, llevando a menudo un trauma de por vida. Tampoco las denuncias formales presentadas ante instituciones y autoridades son un mecanismo completamente eficaz. En consecuencia, las víctimas a menudo son disuadidas de presentar denuncias, ya que estas situaciones tienden a ser silenciadas (como en el caso en debate). La economía de los rankings, evaluaciones y prestigio incentivan y favorecen la impunidad y la inercia de manera perversa. Así, las instituciones prefieren no “manchar” su nombre, evitando investigar casos de acoso sexual, abuso moral y plagio cometidos por miembros del cuerpo docente o personal académico de alto rango. Por ejemplo, en 2022 se hizo público en un informe del Consejo Pedagógico de la Facultad de Derecho de la Universidad de Lisboa que en solo 11 días recibió 70 denuncias de acoso, de las cuales 50 fueron “validadas”, involucrando a 31 profesores. Todas las denuncias fueron archivadas y las que fueron validadas y continuaron posteriormente en un órgano interno de esa Facultad, terminaron caducando. 

 

7. Regímenes de validación del discurso

 
Fue necesario que las autoras del artículo acudieran a los mecanismos de validación y revisión ciega por pares más poderosos de la academia, como ser publicadas por una editorial de prestigio como Routledge, para desencadenar una ola de atención frente a las  situaciones de abuso de poder. Sin embargo, es importante destacar que todo esto ocurre después de que varios intentos de denuncia por parte de investigadoras del “Sur Global” hayan sido silenciados o ignorados durante años. Durante ese mismo período, a través de redes de susurros o porque “las paredes comenzaron a hablar”, “todas lo sabían” sólo que de manera informal.

 

8. Poder-saber

 
Es fundamental destacar que existe un proceso de extracción intelectual que incide sobre grupos que encarnan saberes y conocimientos situados y que, en el contexto de una academia patriarcal y colonial, son utilizados como recursos capitalizables. En este sentido, las dinámicas descritas en el artículo reproducen relaciones de poder-saber y reconstruyen modos de producción de conocimiento marcados por el binarismo dominación-subalternidad. Paradójicamente, estos mismos dominios son objetos centrales del trabajo de investigación firmado por los académicos y el centro de investigación en cuestión. No es casualidad que muchas de las denuncias posteriores son de investigadoras  arraigadas en contextos que propician su subalternización, ya sea por estar fuera de sus entornos sociales, culturales y/o laborales, o debido a su condición económica, social o migratoria, o incluso por la confluencia de todos estos factores. En el marco de un desequilibrio de poderes, estas denuncias involucran, en algunos casos, a sujetos cuyas posiciones enunciativas y perspectivas epistemológicas han sido históricamente subalternizadas.

 

9. La punta del iceberg

 
Los casos denunciados son apenas la punta del iceberg. El consentimiento íntimo a menudo se ve comprometido por relaciones de poder y dependencia académica. Estas asimetrías de poder llevan a las investigadoras, que dependen de la validación de la institución para su seguridad financiera e incluso migratoria, a obliterar los abusos de los que son víctimas como forma de evitar problemas o represalias. Este fenómeno también se ha reportado en el caso en cuestión. La mayoría de las víctimas no denuncian por miedo, falta de confianza en el sistema judicial, estrategia de supervivencia e incluso para proteger a las personas que las rodean, incluyendo aquellas cuya supervivencia depende del agresor e incluso aquellas que pertenecen al círculo íntimo del abusador. La creciente precarización del trabajo académico está en el núcleo de esta vulnerabilidad. Algunas mujeres expresaron reticencia a firmar este manifiesto precisamente por miedo a represalias. Sin embargo, el artículo en cuestión ha desencadenado varias denuncias y seguramente habrá más en el futuro. Desde su publicación, en un lapso de dos días, ya se cuentan con decenas de testimonios públicos y denuncias, todos ellos dando cuenta innegable de una realidad conocida y tolerada durante décadas.

 

III

 
PRÁCTICAS EMANCIPATORIAS


10. Salvaguardar el trabajo emancipador

 
No se trata de cuestionar el mérito de las importantes y progresistas líneas de investigación desarrolladas en el CES. Es precisamente esa confusión que quieren crear las agendas de instrumentalización política en contra de las luchas emancipatorias. Es fundamental reconocer los instrumentos de justicia social y las plataformas de prácticas críticas historicamente desarrolladas en las que estas investigaciones se han basado. Este reconocimiento no nos puede impedir, ni impide, constatar las graves faltas por parte de la dirección del CES en la protección de sus investigadoras. Destacamos que, precisamente por su inscripción en un espacio ideológico y discursivo emancipador, no se puede pactar con la impunidad. Es en una ecología de complejidad, conflicto y permanente autocrítica que la justicia social interseccional se hace potencialmente alcanzable.

 

 

11. Por una universidad pluridiversa y por la interseccionalidad de las luchas


Abogamos por una universidad que valore ideas y prácticas progresistas, con capacidad de autocrítica, que acepte vulnerabilidades y que asuma prácticas de cuidado en aras de la justicia social y la formación de comunidades solidarias y libres de abuso. Luchamos por una universidad en la que el saber circule horizontalmente y no a través de relaciones de poder patriarcales y coloniales. Una universidad pluridiversa, paritaria, interseccional y emancipadora. Una universidad que no sea cómplice de la precariedad generalizada y que no tema el modus operandi feminista, en la construcción de personas liberadas de las limitaciones impuestas por roles y expectativas prescriptivas de género, clase, raza, capacidad o preceptos culturales. Una universidad en la que los lugares de toma de decisiones y prestigio social no sean dominio casi exclusivo de hombres blancos, y en la que los roles de secretariado y trabajos auxiliares de limpieza y alimentación no se limiten casi exclusivamente a las mujeres (tendencialmente racializadas o migrantes precarizadas). Una universidad que rompa con la tradición  de la cultura de los “doctores” (que proviene de un lugar de “cátedra” y no de escucha) y la reproducción de los patriarcas geniales.

 

 

12. Interpelamos a las Ministras Elvira Fortunato y Ana Catarina Mendes y a la FCT


Pedimos a la Ministra de Ciencia, Tecnología y Enseñanza Superior, Elvira Fortunato, y a la Ministra Adjunta y de Asuntos Parlamentarios, Ana Catarina Mendes, así como a la Fundación para la Ciencia y la Tecnología que se pronuncien y dispongan recursos con el objetivo de profundizar el marco de abordaje jurídico para este tipo de casos, en las instituciones de enseñanza e investigación superior. Solicitamos que contemplen la necesaria obligatoriedad de códigos y regulaciones similares, por ejemplo, al “Title IX”, vigente en Estados Unidos. Además, las autoridades responsables de la educación y la investigación científica deben crear de inmediato condiciones para que TODAS las instituciones de enseñanza superior cuenten con un mecanismo de denuncia anónima de situaciones de acoso sexual y moral, garantías de protección a la víctima y comisiones independientes y no endógenas para el establecimiento de medidas preventivas, evaluación de denuncias, instrucciones de proceso y aplicación de sanciones.

13. Red de Solidaridad 

 
Reconociendo la necesidad de la presunción de inocencia para una investigación judicial en una democracia, ya sea para las personas denunciantes o acusadas, condenamos cualquier intento de represalia contra las primeras. Anticipamos la posibilidad de represalias contra las personas firmantes, especialmente aquellas con relaciones institucionales en el ámbito académico, por lo que estaremos vigilantes y denunciaremos cualquier comportamiento punitivo y retaliatorio. 
Reafirmamos nuestra solidaridad con todas estas mujeres y con todas las víctimas/supervivientes de acoso.
Apoyamos a aquellas que tienen el coraje de organizarse, denunciar e interpelar al sistema opresivo y tóxico, sometiéndose así a revivir el trauma.
Estaremos atentas a cualquier intento de represalia y tomaremos medidas.
Somos muchas y seremos más, las que nos vamos juntando para denunciar y apoyar a quienes destruyen los cimientos patriarcales y coloniales.
Quienes quieran firmar, pueden hacerlo en este correo electrónico somostodas@gmail.com
Escrito colectivamente por Ana Balona de Oliveira, Ana Bigotte Vieira, Andreia Cunha, Ana Cristina Pereira (Kitty Furtado), Catarina Botelho, Catarina Boieiro, Fábian Cevallos Vivar, Filipa César, Inês Beleza Barreiros, Inês Espírito Santo, Josina Almeida, Julia Suárez-Krabbe, Luísa Semedo, Maria Benedita Basto, Maria do Carmo Piçarra, Marta Lança, Marta Mestre, Patrícia Martins Marcos, Sara Goulart, Raquel Schefer, Rita Tomás.

Agradecemos inmensamente a las redes feministas decoloniales solidarias que ayudaron a Pilar Uriarte Bálsamo, Julia Suárez-Krabbe, y Raquel Schefer en la traducción de este manifiesto.

Nota de actualización (abril 20 2023):

Cuando decidimos expresar nuestro apoyo a las autoras del artículo y crear el correo electrónico sabemostodas@gmail.com fue porque rápidamente el así denominado “Profesor Estrella” emitió un comunicado en el que amenazaban con demandar a las autoras por difamación. Vale la pena destacar que ese tipo de estrategia de silenciamiento también es parte sustancial del análisis en el capítulo que se intentó silenciar desde el “Centro Prestigioso de Investigación”, y fue la resistencia a estas dinámicas que suscitaron este manifiesto. En el caso analizado en el artículo se incluye justamente el análisis del silenciamiento de una iniciativa de denuncia de abuso sexual por parte del “Aprendiz”. Este caso aún no ha obtenido la atención correspondiente a su gravedad, y peligra a quedar en la sombra de las acusaciones también graves del comportamiento de “Profesor Estrella” y la “Mujer Vigilante”. Estamos viendo cómo traducir el artículo académico en mención a distintas lenguas. Mientras tanto, es importante subrayar que ése no es un artículo de denuncia, sino que más bien brinda un análisis muy profundo y matizado de las formas en las cuales opera el sistema colonial, capitalista, racista y patriarcal en la práctica. 

Es pertinente resaltar que esta acción respondió principalmente a la urgencia de crear un círculo de protección en torno a las autoras que rápidamente fueron amenazadas con procesos judiciales, y al mismo tiempo orientar la discusión pública hacia el tema sistémico, estructural y estructurante, que es decir, político y no personal. A raíz de lo anterior, nos constituimos en una plataforma espontánea de escucha (por el momento temporal y con precaria organización y logística) porque no existen políticas que atiendan y respondan a estas situaciones. En Portugal, la Ministra de Ciencia y Educación Superior, Elvira Fortunato, ha subrayado que ya existen mecanismos dentro de las universidades para tratar este tipo de temas. Es claro que se equivoca. Aún estamos esperando una posición de la Ministra Ana Catarina Mendes, a quien también interpelamos.

Desde que redactamos el manifiesto y creamos el correo electrónico el 13 de abril de 2023 hasta hoy, el 20 de abril, hemos recibido 834 solicitudes para suscribirse al manifiesto. Además se nos han compartido vivencias que corroboran lo que escribimos en el manifiesto: hay una cultura del silencio y desvalorización de las víctimas. No somos un canal de denuncia, pero a partir de los correos que nos fueron entrando fuimos entendiendo cada vez más las dimensiones y la complejidad de los problemas de cómo opera la tríada del racismo-capitalismo-patriarcado en el ámbito académico. 

Estamos tratando la información que nos llega de manera ética, responsable y confidencial, tratando de entender con las personas que nos contactan qué tipo de apoyo podemos brindar, y hemos comenzado a consultar organizaciones, movimientos, redes de apoyo y profesionales con las competencias adecuadas para dar respuesta a las necesidades de quienes nos buscan. A pedido de nuestras compañeras fuera de Portugal, hemos hecho traducciones del manifiesto al inglés, francés y español y continuamos como red solidaria. Es decir que también estamos contactando con otras redes existentes (nacionales e internacionales) para aprender y potenciar esfuerzos.

 

por várias
Mukanda | 21 Abril 2023 | Todas sabemos